Hace unos días se podía ver, justo a la derecha del blog, que Catherine Morland estaba visitando el mundo de 'Daniel Deronda' de la mano de George Eliot (pseudónimo de Mary Anne Evans, autora entre otras obras de la afamada, con motivo, 'Middelmarch', a la que estoy gustosamente obligada a dedicarle un post propio). Pues bien ya lo ha dejado atrás con la sensación de haber leído una gran novela, muy difícil de escribir por todos los matices que ofrece en cada situación, cada pensamiento de los personajes.
'Daniel Deronda' fue escrita en 1876 y parte de un planteamiento en apariencia sencillo. Gwendolen Harleth es una chica acostumbrada a que todo se lleve a cabo a la medida de sus deseos, sin preocuparse de los sentimientos de los demás. Mientras que el protagonista masculino, Daniel Deronda, es todo lo contrario. Un chico que ha sido criado con privilegios pero que tiene un gran sentido de la responsabilidad y el deber, además de un sufrimiento constante por no conocer sus verdaderos orígenes.
A ellos se añade un tercer protagonista, Mirah, una chica judía con un pasado familiar muy difícil a la que Daniel conoce en un momento de gran angustia para ella. Tanto para Mirah como para Gwendolen la relación que establecen con Daniel Deronda será determinante por muy distintos motivos.
A primera vista puede parecer un típico triángulo amoroso pero no es así, o mejor dicho no solo es así, porque en la novela es tan importante la relación de los personajes entre sí como con ellos mismos. Me explico mejor. La autora pone mucho cuidado en describir con todo detalle sus pensamientos, sus sentimientos; cómo reaccionan interiormente a las cosas que les van sucediendo. Consigue que nos metamos literalmente en su cabeza y que nos sintamos identificados en cierta manera con sus dudas porque son muy reales, al igual que el modo en que analizan el por qué de las cosas o se plantean qué opinarán tal o cual o como piensan una cosa y la contraria antes de llegar a una conclusión. Tal y como sucede en la vida real.
'Daniel Deronda' fue escrita en 1876 y parte de un planteamiento en apariencia sencillo. Gwendolen Harleth es una chica acostumbrada a que todo se lleve a cabo a la medida de sus deseos, sin preocuparse de los sentimientos de los demás. Mientras que el protagonista masculino, Daniel Deronda, es todo lo contrario. Un chico que ha sido criado con privilegios pero que tiene un gran sentido de la responsabilidad y el deber, además de un sufrimiento constante por no conocer sus verdaderos orígenes.
A ellos se añade un tercer protagonista, Mirah, una chica judía con un pasado familiar muy difícil a la que Daniel conoce en un momento de gran angustia para ella. Tanto para Mirah como para Gwendolen la relación que establecen con Daniel Deronda será determinante por muy distintos motivos.
A primera vista puede parecer un típico triángulo amoroso pero no es así, o mejor dicho no solo es así, porque en la novela es tan importante la relación de los personajes entre sí como con ellos mismos. Me explico mejor. La autora pone mucho cuidado en describir con todo detalle sus pensamientos, sus sentimientos; cómo reaccionan interiormente a las cosas que les van sucediendo. Consigue que nos metamos literalmente en su cabeza y que nos sintamos identificados en cierta manera con sus dudas porque son muy reales, al igual que el modo en que analizan el por qué de las cosas o se plantean qué opinarán tal o cual o como piensan una cosa y la contraria antes de llegar a una conclusión. Tal y como sucede en la vida real.
El mérido de George Eliot es justamente esto, que consigue transmitir a través de sus protagonistas las contradicciones, anhelos y aspiraciones que cualquier ser humano puede tener. Por eso podemos ver un poco de nosotros mismos en los intentos de Gwendolen de ser mejor persona aunque no siempre sea fácil, en el deseo de Daniel de encontrar un sentido verdadero a su vida o la presión de Mirah por estar a la altura de lo que se espera de ella.
Portada de su primera edición |
En definitiva una gran obra que tiene absolutamente de todo: amor, secretos, compromiso, nobleza de sentimientos pero también ambiciones,... y todo ello con la situación del judaísmo en el siglo XIX (muy interesante todo lo que se plantea y nada aburrido que nadie se asuste) como parte significativa de la trama y muy relevante para su, al menos para mí, sorprendente desenlace.
Hola Jane Austen! Un placer conocerte. Te conocí a través del blog de Magrat.
ResponderEliminarMe gusta tu sitio, tiene buen ambiente, y más aún porque está dedicado a mi queridísima Jane Austen.
Te seguiría si tuvieras un botón de Seguidores (ojalá pongas uno).
En cuanto a la entrada... Hace ya algún tiempo que este libro está anotado en mi Lista de Pendientes y nada que llego a él. Pero hace poco vi la miniserie de la BBC y no me enganchó para nada, no sé, tal vez el protagonista (aunque me cae bastante bien Hugh Dancy) no interpretó muy bien su papel pues me pareció que en toda la producción mostró más interés por Gwendolyn que por la que supuestamente debía mostrar. De modo que me decepcionó por ese lado.
De cualquier modo tu reseña es muy buena y gran persuasiva. Leeré el libro.
Pasaré a menudo por tu sitio el cual es incentivo para los visitantes para leer y conocer al mundo austeniano.
Te invito cordialmente a mi sitio web que también está dedicado a Jane Austen y sus obras. Serás bien recibida.
Un abrazo y un placer.
Hola Lady Jane! encantada de hablar contigo también, veo que las dos somos fans de la gran Jane Austen.Gracias por tu comentario sobre el blog y la reseña (me hacen mucha ilusión!), tengo que investigar lo que me comentas del botón de seguidores. Llevo poco tiempo y me encantan mirar todas las sugerencias que podáis hacerme!
ResponderEliminarMe alegra que te vayas a animar con Daniel Deronda! es de este tipo de libros que cuesta leer pero que luego te alegras de haber hecho el esfuerzo porque merece la pena. No he visto la adaptación de la BBC pero es que en el libro la caracterización de los personajes es tan al detalle que imagino que si la interpretación no es de diez...todo se tambalea un poco.
Y por supuesto que me pasaré por tu blog, será un placer!
Un abrazo para ti también!