No recuerdo como llegó a
mis manos el primer libro de Nancy Mitford, quizá fue a causa de leer en algún
sitio que de cierta manera se la comparaba con Jane Austen. Y aunque esas
referencias me dan un poco de miedo porque el nombre de Jane se toma muchas veces
en vano, me picó la curiosidad y me hice con un libro suyo.
No me arrepentí porque
aun salvando todas las distancias ya que Jane Austen solo hay una y para mí es
inimitable, la forma de escribir de Nancy Mitford recuerda a ella. Y lo hace
cuando utiliza un sutil y fino sarcasmo para describir o criticar situaciones
más o menos imposibles o para dejar en evidencia a algún personaje que se lo
merece. Todo ello acompañado de un sentido del humor que te arranca siempre una
sonrisa al leer y que está presente
incluso en los momentos más difíciles, cosa que es de agradecer.
¿Y cómo consigue Nancy
Mitford hacer todo esto? Pues gracias a unos personajes absolutamente
excéntricos que se prestan a todo tipo de comportamientos estrambóticos y
verdaderamente graciosos. En los tres libros que he leído de ella estos
personajes son más menos los mismos, con algunas variaciones, pero siempre
recreando de manera satírica el ambiente de la clase alta inglesa en el que
ella se crió y que parece ser su mejor fuente de inspiración.
‘A la caza del amor’
narra las peripecias de la familia Radlett, en los años 30-40, con el iracundo
tío Mathew y la despistada tía Sadie, dos personajes absolutamente geniales y
originales, a la cabeza y sus siete hijos, especialmente Linda que siempre está
buscando su lugar en el mundo. Todo ello contado a través de los ojos de su sobrina
Fanny, gran amiga de su prima aunque mucho más responsable y centrada, e hija
de la legendaria Desbocada (¡vaya con el nombrecito!).
En ‘Amor en clima frío’
la trama se centra más en otra familia también peculiar, los Montdore, y sus
intentos para arreglar un buen matrimonio a su hija. Así que ya imagináis que
la selección de pretendientes dará pie da todo tipo de situaciones divertidas
para el lector. En este libro me gustaron especialmente los capítulos que
hacían referencia a las vivencias de Fanny en Oxford. En muchas ocasiones tengo
debilidad por los personajes más secundarios y me encanta que les den más
protagonismo.
Un papel principal que
Fanny sin duda tiene en ‘No se lo digas a Alfred’ en el que su papel de
embajadora en Paris se le pondrá más cuesta arriba de lo que pudiese imaginar.
Leyéndolo una no puede dejar de sentirse identificada con ella, aunque su tarea sea algo totalmente alejado de la tuya, porque creo que todos hemos tenido esa sensación de estar en un sitio parece que todo el mundo sabe cómo comportar, qué decir, qué hacer,… menos tú. Y eso es lo que le pasa a Fanny y además su compañía precisamente no le ayuda a salir airosa.
Leyéndolo una no puede dejar de sentirse identificada con ella, aunque su tarea sea algo totalmente alejado de la tuya, porque creo que todos hemos tenido esa sensación de estar en un sitio parece que todo el mundo sabe cómo comportar, qué decir, qué hacer,… menos tú. Y eso es lo que le pasa a Fanny y además su compañía precisamente no le ayuda a salir airosa.
Estos tres libros me
dejaron muy buen sabor de boca, me hiceron reir y pasé un rato agradable junto con todos sus peculiares personajes, así que estoy segura de que en
cuanto tenga la oportunidad leeré otras obras de la gran escritora
Nancy Mitford. Os la recomiendo sin dudarlo.
Me los tengo que leer, me lo apunto
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